Mitos y verdades sobre la margarina

La margarina empezó a venderse a los consumidores como la alternativa saludable de la mantequilla. En los años 80 se creía que las grasas animales eran las principales culpables de enfermedades cardiovasculares y, por ello, lo mejor para la salud era evitar su consumo. La margarina se presentaba como una alternativa sana y ligera al obtenerse de aceites vegetales y no contener un nivel tan alto de grasas saturadas como la mantequilla. Sin embargo, se descubrió que su proceso de elaboración hacía que se formaran en el producto grasas trans, lo que demostró ser todavía más perjudicial para la salud que las grasas saturadas. Esto hizo que empezaran a circular de forma entremezclada datos verdaderos y falsos sobre este alimento, que se extendieron por la red de tal forma que todavía hoy resulta difícil encontrar información fiable al respecto.

Por eso nos vemos obligados a explicar lo que es cierto o no de este producto presente en nuestro catálogo: Margarina Cremdor

La confusión de los consumidores obligó a las principales marcas a tomar medidas para modificar el proceso de elaboración y limpiar la imagen de la margarina para volver a ofrecerla como un producto saludable y compatible con una dieta equilibrada. Aun en la actualidad es difícil distinguir el mito de la realidad sobre la margarina.

¿La margarina es un producto artificial?

La margarina es un producto que se obtiene a partir de ingredientes naturales como los aceites vegetales y, principalmente, el aceite de girasol. Sin embargo, desde que fue inventada como un sustitutivo de la mantequilla los fabricantes han hecho uso de numerosos conservantes y aditivos para que se asemejara todo lo posible al aspecto y a las propiedades de la mantequilla. En la actualidad la marca Flora asegura que cualquiera puede hacer su propia margarina en casa.

¿Tiene un alto contenido de grasas trans?

El descubrimiento de los graves efectos perjudiciales de las grasas trans artificiales supuso un duro golpe para las marcas de margarina ante el que los fabricantes se vieron obligados a reaccionar. La mayoría de marcas de margarina que se comercializan en la actualidad en Europa ha modificado el proceso de elaboración y garantiza haber reducido al mínimo la producción de grasas trans. “Desde los años 90, se ha eliminado la hidrogenación parcial del proceso de elaboración de la margarina y, por lo tanto, las margarinas de hoy en día no contienen grasas trans”, afirma Flora.

Este tipo de grasas insaturadas ha demostrado ser mucho peor para el organismo que las grasas saturadas. Según el estudio Saturated fat is not the major issue, publicado en el British Medical Journal, las grasas trans no solo aumentan el colesterol “malo” LDL como las grasas saturadas, sino que además hacen disminuir el colesterol “bueno” HDL. Además, se sospecha que las grasas trans podrían tener aún más efectos perjudiciales aunque todavía no se ha podido demostrar, razón por la que de momento solo algunos países como Argentina, Suiza o Estados Unidos han prohibido las grasas trans artificiales. En el resto del mundo pueden encontrarse de momento en cualquier alimento que en la etiqueta indique que está hecho a partir de grasas vegetales, como en todos los productos de bollería industrial.

¿La mantequilla es mejor que la margarina?

No puede decirse que un producto sea mejor que otro, pues ambos tienen distinto origen y propiedades y la elección dependerá de los gustos y preferencias del consumidor. Según la Organización  de Consumidores y Usuarios (OCU) ambos alimentos son productos ricos en grasas y aportan nutrientes importantes para nuestro organismo.

¿Cuál engorda más?

La mantequilla y la margarina contienen el mismo porcentaje de materia grasa por lo que engordan exactamente igual. Es cierto que en España se suele comercializar la margarina ¾ que lleva un 60 por ciento de grasa frente al 80 por ciento de la mayoría de las margarinas. Sin embargo, también es posible adquirir mantequillas bajas en grasas.

¿Cuál es más saludable?

Las margarinas tienen menos grasas saturadas y más ácidos grasos insaturados, mono y polinsaturados, que la mantequilla. Según algunos especialistas estos ácidos grasos ayudan a controlar el colesterol “malo”(LDL) y favorecen el colesterol “bueno” (HDL), por lo que su consumo está indicado a las personas que con hipercolesterolemia. Sin embargo, otros estudios recientes como Association of Dietary, Circulating, and Supplement Fatty Acids With Coronary Riskrealizado por la Harvard School of Public Health, cuestionan que las grasas insaturadas sean mejores para la salud que las grasas saturadas. Esto unido a la posibilidad de que las margarinas contengan grasas trans (aunque la mayoría de las marcas de margarina garanticen que sus recetas ya no incluyen este componente) hace que algunos nutricionistas aconsejen a las personas que no tengan problemas de colesterol que sustituyan la margarina por la mantequilla, siempre de forma moderada teniendo en cuenta su alto nivel calórico.

¿Cuál tiene más nutrientes?

Tanto la mantequilla como la margarina son una fuente importante de vitaminas liposolubles como la vitamina A, la vitamina D o la vitamina E.  La mantequilla, al proceder de la crema de la leche, tiene importantes minerales como calcio, fósforo, sodio, potasio y magnesio.

La margarina tiene más componentes introducidos de forma artificial por los fabricantes, sin embargo, algunos de ellos pueden ser beneficiosos para la salud como los omega 3 y los omega 6.

¿Es necesario renunciar a la mantequilla y a la margarina para seguir una dieta equilibrada?

Aunque tanto la mantequilla como la margarina se desaconsejan a personas con problemas de obesidadarteriosclerosis o hipertensión arterial, la OCU apuesta por un consumo equilibrado de ambos productos. “Por su elevado contenido en grasa no debemos consumirlos habitualmente, pero ni mantequilla ni margarina deben desterrarse de la dieta”, apunta la Organización de Consumidores y Usuarios. En cambio, otros nutricionistas recomiendan sustituir el consumo de ambos por el aceite de oliva, aunque siempre con moderación teniendo en cuenta que es un producto graso. “Es preferible consumir aceite de oliva antes que estos dos productos, gracias a sus efectos beneficiosos por la composición de su grasa saludable”, indica Vanessa Buitrago especialista del centro de adelgazamiento y nutrición Medicadiet.

Origen de la margarina

Según algunas historias que circulan por la red, la margarina fue creada originalmente para engordar pavos. Mitos aparte, el verdadero origen de la margarina se remonta a la Francia del siglo XIX. Napoleón III, el último monarca que tendrían los franceses, ofreció una recompensa a quien encontrara un sustituto barato de la mantequilla. Fue el químico Hippolyte Mége-Mouriés el que dio con la receta de la oleomargarina, un subproducto que acabaría convirtiéndose en lo que hoy conocemos como margarina y cuyo consumo se extendió especialmente en épocas de escasez, como en la segunda guerra mundial.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/