Champiñón: no es carne ni es verdura y ayuda a adelgazar

El consumo de hongos es antiquísimo aunque su cultivo es relativamente moderno. Ya desde la antigua Grecia se reconocían las propiedades gastronómicas de las setas. Romanos y celtas también conocían sus propiedades medicinales o los efectos tóxicos de algunas variedades, y algunos pueblos las utilizaban por sus propiedades alucinógenas. Hasta el siglo XVII no se inició en Francia el cultivo de algunas variedades.

Los “fungi” no son considerados vegetales, pues carecen de clorofila y todos los nutrientes necesarios los asimilan del suelo. Sus tejidos poseen quitina, una proteína que no encontramos en el reino vegetal, pero sí en el animal, por ejemplo en los crustáceos.

De los champiñones podemos distinguir dos especies: los silvestres (campestri) y los cultivados (bisporus). El champiñón ayuda a la biorremediación de los suelos, ya que absorbe la posible contaminación por purines, metales pesados, pesticidas… Eso es bueno para ayudar a recuperar la naturaleza, aunque en ellos se acumulan los tóxicos que extrae del suelo. Para garantizar la seguridad de su consumo es imprescindible recolectarlo en bosques libres de contaminación o apostar por su cultivo ecológico.

¿Qué propiedades nutricionales tienen los champiñones?

Alimento bajo en calorías (tan sólo aporta 25 kcal por 100 gr) -recomendado para dietas de adelgazamiento- y muy rico en minerales, como potasio, fósforo y yodo. El consumo de alimentos con yodo, impide el crecimiento de la glándula tiroides. También contiene ergosterol, sustancia presente en los tejidos vegetales que puede transformarse, por la acción del sol, en Vitamina D, favoreciendo la absorción de calcio y fósforo, que contribuye a la mineralización de huesos y dientes.

Los champiñones son una buena fuente de Vitaminas del grupo B, como la B2 (Riboflavina, útil en la producción de glóbulos rojos y anticuerpos) y la B3 (Niacina, que ayuda al aprovechamiento de hidratos de carbono, grasas y proteínas).

¿Cómo consumir champiñones ?

Crudos en ensaladas, salteados con aceite, en purés o cremas, rellenos… todo un alimento de lujo, que se puede saborear de mil maneras. Aumenta las defensas de tu organismo incorporando champiñones o cualquier otro hongo en tu dieta.

Fuente: lagarbancitaecologica.org