Una versión sencilla, sin artificios, de la clásica tarta de queso, donde la mermelada de naranja amarga añade ese toque de acidez y frescor que equilibra la cremosidad del queso. Ideal para un postre casero con sabor a tradición… pero con carácter.
Ingredientes
(Para un molde de 22 cm)
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200 g de galletas tipo digestive
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80 g de mantequilla derretida
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500 g de queso crema
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150 g de nata líquida para montar
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100 g de azúcar
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3 huevos medianos
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1 cucharadita de ralladura de naranja
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3 cucharadas generosas de mermelada de naranja amarga
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(Opcional) Unas láminas finas de naranja confitada para decorar
 
Preparación
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Preparar la base: tritura las galletas, mézclalas con la mantequilla y presiona la mezcla en la base del molde. Refrigera mientras preparas el relleno.
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Hacer el relleno: bate el queso crema con el azúcar hasta obtener una textura suave. Añade los huevos uno a uno, luego la nata y la ralladura de naranja. Mezcla bien.
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Montar: vierte la mezcla sobre la base de galleta. Hornea a 170 °C durante unos 45 minutos, hasta que el centro esté casi cuajado.
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Reposar: deja enfriar completamente y guarda en la nevera al menos 4 horas.
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Añadir la mermelada: antes de servir, cubre la superficie con una capa generosa de mermelada de naranja amarga. Si lo deseas, añade unas láminas de naranja confitada o un poco de ralladura fresca para realzar el color y el aroma.
 
Consejo
Para un toque más intenso, mezcla una cucharada extra de mermelada con un chorrito de licor de naranja o brandy, y caliéntala unos segundos antes de cubrir la tarta.